Tinogasta vivió con júbilo el cierre de las fiestas en honor de San Juan Bautista

General 25 de junio de 2024 Por Sec. Información general

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_El Obispo invitó a conocer “la figura de Juan, la misión y su ejemplo de vida”, y le pidió “que nos ayude a ser verdaderos creyentes y discípulos misioneros como él”._

Durante la tarde del lunes 24 de junio, la comunidad de Tinogasta vivió con júbilo el cierre de las festividades en honor de su patrono San Juan Bautista, con la presencia de peregrinos de las distintas comunidades, entre ellas la vecina parroquia de Nuestra Señora de Fátima con sede en Fiambalá, que llegó con la imagen de San Pedro, cuyas festividades se están desarrollando hasta el próximo sábado 29.

Los actos litúrgicos fueron presididos por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, quien presidió la Santa Misa concelebrada por el párroco del lugar, padre Martín Melo, y el administrador parroquial de Nuestra Señora de Fátima, padre Javier Cisternas. 

Participaron de las celebraciones las autoridades locales, encabezadas por el intendente de Tinogasta, Ernesto Andrada, junto con miembros de su gabinete, concejales, el senador José Alanís Andrada, autoridades policiales y pueblo en general.

En su homilía, Mons. Urbanč expresó: “Nos hemos reunido para celebrar la fiesta patronal de esta parroquia, con sede en Tinogasta, puesta bajo el patrocinio de San Juan Bautista Niño. Hoy estamos agradeciendo a Dios por todo lo que él hace por este pueblo; desde que fue fundada esta ciudad, ustedes han sido ampliamente favorecidos por la intercesión de este santo. En primer lugar, con su ejemplo, tenemos mucho para aprender de él”.

Al referirse a la figura de San Juan Bautista dijo que “desde niño estuvo muy vinculado a Dios, sus papás Zacarías e Isabel eran personas muy creyentes. Zacarías era incluso sacerdote en el templo, y es allí donde se le manifiesta el ángel Gabriel y le anuncia que Dios lo ha elegido a él y a su esposa para ser los papás del que va a señalar en medio de los judíos de aquel tiempo como el mismísimo Hijo de Dios. Zacarías era ya anciano al igual que su mujer, estéril, y le parecía quizás una ilusión de él. Pero Dios le hizo notar que no es una ocurrencia de él sino una realidad; y quedó mudo, y así permaneció durante todo el embarazo de Isabel”.

Luego meditó sobre el texto bíblico escuchado referido a “cuando se le tiene que poner el nombre al niño. La mamá Isabel le puso el nombre de lo que ella sentía que Dios ha hecho con ellos. Ella dijo que este hijo es fruto de la misericordia de Dios. Eso significa Juan, el nombre después se fue mutando de acuerdo a las lenguas. La mamá le pone un nombre que está relacionado con Dios, después le dicen que debería tener el nombre de Zacarías, su padre. Pero van al padre, que está mudo, pide una tabilla y escribe: ‘Juan es su nombre’. También él percibió lo mismo: ‘Dios ha sido misericordioso con nosotros’”.

En esta línea señaló que Juan es “un nombre que expresa la profunda vivencia de la fe. Éste es el mensaje de fondo que les quiero dejar en esta fiesta. Pensemos qué significa el nombre de una persona, tiene que tener un mensaje”. Más adelante remarcó que “Juan es la expresión de la misericordia de Dios para con ese matrimonio y para con todo el pueblo, porque él después tiene la misión de anunciar a Jesús. Él dirá cuando está predicando, invitando a la conversión junto al río Jordán y aparece Jesús en la fila para hacerse bautizar: ‘Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo’. Lo señaló a Jesús como aquel que se inmola por la salvación del pueblo”.

En otro tramo de su mensaje invitó a conocer “la figura de Juan, la misión y su ejemplo de vida, y le pidamos que nos ayude, que interceda ante Dios Nuestro Señor, para que seamos verdaderos creyentes, verdaderos discípulos misioneros, verdaderos testigos de la luz, que es Jesús, como lo ha sido él”.

“Juan Bautista siempre hizo la voluntad de Dios y se puso al servicio del plan salvífico de Dios que viene a salvarnos por medio de su Hijo Jesucristo. Y Juan nos tiene que ayudar a que también hagamos la misma tarea de anunciar y preparar el camino para que Jesús pueda llegar al corazón de todos”, manifestó.

También pidió a San Pedro, cuya imagen fue llevada en peregrinación desde Fiambalá, que “nos ayude a amar a la Iglesia, que somos todos los bautizados; que las comunidades cristianas sean ámbitos de acogida cordial, de respeto y ayuda mutua, de servicio. Que también interceda para que seamos la Iglesia que siempre tiene puesta la mirada en Jesús, que lo reconocer como su Salvador, Pastor y Eterno Sacerdote”.

*Procesión*

Finalizada la celebración eucarística se llevó a cabo la procesión, que se detuvo en el hospital y el hogar de ancianos, donde el Obispo bendijo a los enfermos, al personal de ambas instituciones y a los abuelos residentes. También hizo lo propio en la sede de la Comisaría. 

En el atrio del templo, el padre Martín Melo, párroco de esa comunidad, agradeció al Obispo y a todos los presentes. Y antes de concluir los actos litúrgicos se procedió al arriamiento de la Bandera por parte de las autoridades civiles.

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